Lectura bíblica: Mateo 9:35-38
Texto para memorizar: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Mateo 9:38.
INTRODUCCIÓN: La palabra mies viene del latín messis, que significa cosecha. Es cereal que ya está maduro para ser recolectado. Jesús comparaba la mies con la gran cantidad de personas prontas a su conversión al Señor por medio de la evangelización.
I. ¿DÓNDE ESTÁ LA MIES? (Mateo 9:35)
Para Jesús la mies estaba en las ciudades, en las aldeas, y en las sinagogas; por eso él iba de un lugar a otro metido de lleno entre la mies. El Señor tenía clara su visión y su misión (Mr. 1:38). Tristemente muchas iglesias han perdido la visión evangelística, y ya no quieren salir de las cuatro paredes de su templo a evangelizar al mundo perdido. Existen ciudades del país donde no tenemos iglesias evangélicas; y en nuestro estado colonias y pueblos sin evangelizar. El lugar donde trabajamos o estudiamos, con los vecinos, y la familia, es parte de la mies que tenemos que recoger en los graneros del Señor. Rom 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
II. ¿CUÁL ES LA CONDICIÓN DE LA MIES? (Mateo 9:35b, 36)
Jesús ve un mundo enfermo que necesita sanidad, que necesita alivio para sus dolores; la medicina es el evangelio, solo Cristo puede salvar y sanar al mundo. Hay quienes dicen: “vamos a esperar que sea el tiempo de Dios para salir a predicar”, pero desde hace dos mil años los campos están listos para la cosecha (Jn. 4:34). En segundo lugar, Jesús ve a las multitudes como ovejas descarriadas que necesitan venir al pastor de las almas (Is. 53:6, He. 13:20). Las ovejas están dispersas y hay que traerlas al redil. Si todos nos propusiéramos a traer un alma al templo, en un año seríamos el doble de los que somos ahora.
III. ¿POR QUÉ LOS OBREROS SON POCOS? (Mateo 9:17)
Esta es una realidad de la que Cristo habló. Hay pastores que atienden dos o tres iglesias, porque no hay hermanos que quieran trabajar en la obra de Dios; a pesar de que tenemos nuestro instituto bíblico siguen faltando obreros. Hay hermanos que podrían atender una congregación, pero el temor a sufrir económicamente, el amor al materialismo y a las comodidades, la falta de amor por los perdidos, la indiferencia, son algunas de las razones por las que no quieren ir a la mies. Dios bendiga a los pastores y a las hermanas que están trabajando en el ministerio de la predicación, el Señor los recompensará (1 P. 5:4).
IV. ¿QUÉ PODEMOS HACER PARA QUE HAYA MÁS OBREROS? (Mateo 9:38)
"Rogar al Señor de la mies..." ¿Cuántos de nosotros somos la respuesta a ese ruego?, estamos pidiendo que Dios mande a otros, y tal vez al que quiere Dios enviar es a ti. Por eso tenemos que seguir orando para que Dios convenza a los que se resisten al llamado, y a los que tienen miedo de servir. Roguemos que haya hombres y mujeres que respondan al llamado (Is. 6:8). Nosotros no podemos producir obreros, estos deben venir de Dios; es Dios quie puede poner en el corazón de los hombres la pasión por las almas perdidas (Jr. 20:9).
CONCLUSIÓN: La mies necesita llevarse a los graneros, y Dios quiere hombres que digan: “Estoy dispuesto a ayudar a que esta mies pueda entrar a los graneros eternos”. Tengamos está necesidad siempre en nuestras oraciones, roguemos con lágrimas por más obreros.
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