¿Para qué sirve la oración? ¿Por qué todo cristiano debería llevar una vida de oración?
La primera razón es que en la oración encontramos fortaleza. La vida cristina es una batalla espiritual, nos enfrentamos a las huestes del maligno que a veces nos desgastan, y nos debilitan. Por eso cada día debemos fortalecernos en la oración, para poder enfrentar a nuestros enemigos espirituales y vencerlos. En Efesios 6:10 dice: Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Esta fortaleza la encontramos en la oración, ya que cuando oramos recibimos poder de la alto. Por eso el apóstol Pablo lo menciona en Efesios 6:18 ...orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. Cuando el creyente no persevera en la oración tendrá desanimo, frustración, y perderá la batalla espiritual.
La segunda razón es que en la oración encontramos dirección. El Espíritu Santo nos ha sido dado para guiarnos en nuestro caminar diario, pero para recibir indicaciones el usa dos medios, uno es la palabra de Dios, es decir a través del estudio de la Biblia; y el segundo medio es la oración. Cuando oramos entregados a la voluntad de Dios estamos orando en el Espíritu. ¡Cuántas cosas nos enseña y nos guía a hacer el Espíritu de Dios! y esto sucede cuando oramos. Romanos 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
La tercera razón es que en la oración encontramos unción. La unción es una bendición para el que la posee, y sobre aquellos que son enseñados por un ministro ungido. Un mensaje sin unción es como un címbalo que retiñe, pero un pastor ungido predica mensajes que llenan el corazón, y el espíritu del hombre. Isaías 10:27 Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.
La unción quita los yugos, las cargas del hombre, es el Espíritu Santo el que convence de pecado, y esa unción opera en los hombres de oración. Es algo que se siente en el que la tiene, y la sienten los que oyen al predicador que la tiene.
La cuarta razón es que en la oración tenemos comunión con Dios. ¿Acaso hay otra cosa que cause más deleite que eso? Dios anhela hablar con nosotros, él conoce todas nuestras necesidades sin que le digamos, pero él quiere que vengamos en oración cada día buscando su rostro. La oración no es solo para cuando tenemos problemas, es un medio para estar en la presencia de Dios. Salmos 25:14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. Dios se muestra a aquellos que le buscan en constante oración.
La quinta razón es que en la oración son suplidas nuestras necesidades. Ya sean problemas, enfermedades, necesidades económicas, o espirituales, todo es suplido en la oración. Mateo 6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. El creyente que se la pasa quejando seguramente será porque no ora. Y el creyente que ora vive testificando de las maravillas del Señor.
La sexta razón es que la oración nos hace tener una vida victoriosa. No encontraremos en la Biblia casos de victoria sin oración, todo lo contrario, las victorias se ganan con una vida de oración. Los avivamientos llegaron a grupos de oración. Familias fueron salvas después que una madre, o una esposa oraron por su familia. Nuestro Maestro nos dejó ejemplo. Marcos 1:35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. Orar es algo tan practico que uno lo puede hacer en cualquier horario. Hacerlo de madrugada es algo excepcional, pero es para los que quieren vivir en un nivel superior mayor.
Conclusión: Hay muchas más razones para orar, yo solo he mencionado algunas. ¿Qué otras razones crees que hay para orar? Por nada del mundo dejes de orar, porque de eso depende nuestra comunión con Dios. Lamentablemente muchos cristianos, pastores, y hombres y mujeres de Dios cayeron cuando dejaron de orar.
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