“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a
los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado
del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi
casa serviremos a Jehová” Josué 24:15.
¿Creen que servir a Dios es algo malo? La respuesta es
obvia, servir a Dios es lo justo, y lo más hermoso que puede haber. Luego
entonces ¿por qué no todos le sirven? Eso es lo que sucedía con Israel, ya Dios
había cumplido su Palabra de introducirlos a la tierra prometida, y la historia
del libro de Josué se resume así: “No
faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de
Israel; todo se cumplió” Josué 21:45. Así que, Dios había sido fiel, y
bueno con ellos. Pero en ellos no había una determinación de servir a Dios en
una manera íntegra. ¿No sucede esto con muchas personas que pareciera que es
algo malo servir a Dios? Muchos dirán que no, pero ¿Por qué no le sirven a
Dios?
1.- ¿A quién vamos a servir?
Valoremos las opciones, para tomar una sabia decisión.
A.- Los dioses. La idolatría siempre fue un tropiezo para
los Israelitas, por está cusa muchas veces fueron castigados, no es raro que el
primer mandamiento del decálogo es: “No
tendrás dioses ajenos delante de mí” Éxodo 20:3
Idolatría es la adoración de un ídolo. Pero me dirán: -de
eso nos sacó el Señor-. Hay otra definición que nos da el diccionario; que ama
excesivamente a alguien o algo. En otras palabras es cuando amamos a alguien, o
algo más que a Dios.
El amor a una persona puede superar al amor que se le tiene
a Dios, ¡No! Dirá alguien. ¿No es cierto que muchos jóvenes, y aún adultos; han
dejado el camino de Dios por casarse o juntarse con una persona no creyente, no
importándoles lo que dice Dios en su Palabra? Algunos sostienen noviazgos con
inconversos. “Respondiendo Pedro y los apóstoles dijeron: Es necesario obedecer a
Dios antes que a los hombres” Hechos 5:29.
El amor a las riquezas, esto entra sutilmente en el corazón
de una persona, que muy pocos lo reconocerán, pero cuando pones tu trabajo, de
donde proviene tu dinero; antes que
a Dios, ya caíste en este pecado.
“…No podéis servir a Dios y a las
riquezas” Mateo 6:24.
El amor al mundo también ha llevado a muchos a las llamas
del infierno, no digo algo que no
vemos a menudo en la iglesia. Son los Demás de hoy que abandonan a Dios y se
han ido amando a este mundo. Dios aborrece la parcialidad, Él es un Dios
celoso. Quién piense que dando un poco de su vida a Dios entrará al cielo se
está engañando. Eso es tibieza espiritual, “Pero
por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”
Apocalipsis 3:16. Tener un corazón dividido es desde hace mucho, como algo
tan presente. 1 Reyes 18:21, Santiago
4:8.
2.- ¿Cuándo debemos escoger a quién vamos a servir?
La respuesta es tan urgente que Dios nos da como límite “hoy”;
no sea que nos comportemos como el gobernador Félix cuando le dijo a Pablo: “Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad
te llamaré” Hechos 24:25.Félix dejo
pasar la oportunidad que Dios le estaba dando para que fuera salvo, hoy es el
día que Dios te está invitando para que le sirvas, y seas salvo. La
salvación es para hoy. Hebreos 3:7,8. 2
Corintios 6:2.
3.- ¿Vamos a servir a Jehová?
Si vamos a servir a Jehová hagámoslo nosotros primero. Josué
no tenía ninguna duda, él ya había tomado su decisión desde hacía mucho tiempo.
El “yo” rendido completamente a Dios;
antes que tu casa, antes que la iglesia, debemos darnos nosotros a Dios. Sin importar
lo que otros hicieran, Josué no espero a la mayoría. No siguió a la mayoría al
comienzo de su carrera cuando los espías se rebelaron contra Dios y Moisés, y
tampoco la siguió cuando estaba su carrera a punto de terminar. Josué siempre
hizo lo que era correcto, aunque la mayoría no estaba de acuerdo con él.
Su servicio es más que claro en la Biblia. Él fue un hombre
de oración, y que siempre estaba en el tabernáculo de reunión. Éxodo 33:11. Fue un hombre obediente,
fue un hombre de fe, en medio de gente incrédula. Siempre eligió lo correcto
sobre lo popular.
“Mi casa” son los que viven bajo mi techo, mi esposa e hijos.
¡Con cuanta autoridad lo dice! La influencia de Josué en su familia era mayor
que la influencia en su país. Porque hay que comenzar de adentro hacia fuera.
El pastor debe influir primeramente en su familia, el cristiano debe influir
primero en su casa. Josué siempre fue un ejemplo a seguir. John C. Maxwele en
su libro LOS 21 MINUTOS MÁS PODEROSOS EN
EL DÍA DE UN LIDER dice de la influencia de sus padres en él:
.les oí orar con fervor.
.les escuche conversar sobre las cosas de Dios.
.les oí comunicar su fe a otros.
.les vi poner a Dios en primer lugar en sus finanzas.
.fui con ellos a visitar a los que pasaban por necesidad.
.les oí decir solo cosas positivas de otras personas.
.fui testigo de su relación íntima con Dios.
¿Es esto lo que está viendo nuestra familia en nosotros?
¿Están en el templo por la fuerza, o están por convicción? Un ejemplo
maravilloso de este tipo de influencia lo vemos en los primeros años de la
historia de los Estados Unidos. Jonathan Edwards, famoso predicador del siglo
dieciocho, y su esposa, Sara, dejaron un legado increíble. Entre sus
descendientes se cuentan:
.Trece presidentes de universidades.
.Sesenta y cinco profesores universitarios.
.Cien abogados, incluyendo el decano de una facultad de
derecho.
.Treinta jueces.
.Sesenta y seis médicos, incluyendo el decano de una escuela
de medicina.
.Ochenta funcionarios públicos en cargos de influencia,
entre ellos: tres senadores federales, tres alcaldes de ciudades importantes,
tres gobernadores, un vicepresidente de los estados unidos y un director del
Tesoro de los Estados Unidos.
Si queremos impactar a la comunidad, al país, al mundo, el
punto de partida es el hogar.
Siguiendo esta lectura del servicio de Josué a Dios, nos
damos cuenta que no solo Josué, y su casa le sirvieron a Dios; sino que también
la nación fue movida al servicio a Dios. Josué
24:31.
Nosotros debemos hacer de las palabras de Josué el lema de
nuestra vida, y de nuestro hogar: “yo y mi casa servir a Jehová” Dios
nos ayude a saber guiar a nuestra familia, aun cuando otros se aparten, y no le
sirvan, quiera Dios que tengamos cuidado de que así sea. Amén.