LA TRANSFIGURACIÓN
Lectura bíblica: Mt. 17:1-13
Texto para memorizar: “Y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz”. Mateo 17:2
Introducción: La transfiguración de Jesús era una demostración de que verdaderamente él es el Hijo de Dios, nos revela su naturaleza divina, ya que Jesús, antes de su encarnación vivía en un estado de gloria (Jn. 17:5). Seis días antes les había anunciado su muerte, pero al transfigurarse estaba dándoles un anticipo de lo que sería su estado de gloria después de la resurrección. El Señor había dicho que algunos le verían venir en su reino, y se refería a la transfiguración (Mt. 16:28).
1. TESTIGOS QUE CONTEMPLARON LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS (v. 1).
Jesús solo tomó a tres de sus discípulos, a Pedro, a Jacobo y a Juan; este grupo era conocido como el círculo íntimo de Jesús (Lc. 8:51; Mt. 26:36,37). Lucas dice que Jesús se los llevó a orar (Lc.9:28). Estos apóstoles eran los más cercanos a Jesús, los de mayor discernimiento espiritual (Gá. 2:9). Tenemos que reconocer que entre los pastores y en la iglesia hay hermanos que tienen mayor madurez, y discernimiento espiritual que otros; son los que profundizan en la oración, en el estudio de la Biblia, los que más obedecen a Dios, los más perseverantes. ¿Somos nosotros de los que pasamos más tiempo con Jesús?
2. UNA MANIFESTACIÓN DE LA GLORIA DE CRISTO (v. 2).
Su rostro resplandeció como el sol mientras oraba (Sal. 89:15); también el rostro de Moisés resplandeció como consecuencia de haber estado en la presencia de Dios, pero el rostro de Jesús resplandeció porque él es Dios. Sus vestidos se hicieron blancos como la luz (1Jn. 1:5), limpios y puros como la nieve (Mr. 9:3), los cuales nos revelan su santidad. Una nube de luz los cubrió; no era una nube formada por vapores de agua, sino era una luz divina que emanaba de la presencia de Dios (v. 5). La voz de Dios se escuchó desde la nube, dando testimonio de su Hijo amado, era la misma voz que se escuchó en el bautismo de Cristo (Mt. 3:17). Dios dijo: “a él oíd”. ¿Ponemos atención y obedecemos a Dios?
3. MOISÉS Y ELÍAS EN LA TRANSFIGURACIÓN (v. 3).
Vinieron para dar testimonio de que Jesús es el Mesías. ¿Y qué mensaje traían? ¿De qué hablaban con Jesucristo? Hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén, es decir, que él había de dar su vida por nosotros (Lc. 9:31). Moisés representaba la ley y Elías a los profetas. Moisés simboliza a los creyentes que murieron en el Señor; mientras que Elías, a los creyentes serán arrebatados en la venida del Señor (Dt. 34:5,6; 2 R. 2:11,12; cf. 1 Ts. 4:16, 17). Moisés y Elías son un testimonio de que hay vida después de la muerte, del estado consciente de los que han partido de este mundo, también de que viven en un estado de gloria (Lc. 9:30, 31).
4. LO QUE PRODUJO EN LOS DISCÍPULOS LA TRANSFIGURACIÓN (vv. 4-6).
Un deseo de estar con Cristo permanentemente, dijeron que era bueno estar allí, hasta querían hacerles enramadas. ¿Tenemos el mismo anhelo de los discípulos de estar en la presencia del Señor? Lo segundo que hicieron es que permanecieron postrados, aunque tenían mucho sueño (Lc. 9:32). ¿Cuánto tiempo dedicamos para postrarnos ante el Señor? Lo tercero es que tuvieron gran temor. No puedes tener un encuentro con Dios y que no pase nada en tu vida, nuestra vida es transformada completamente. El temor de Dios evita que pequemos, y nos motiva a vivir una vida santa.
Conclusión: Esta experiencia gloriosa cambió por completo la vida de los discípulos, ya que conocieron más al Señor Jesús. Aunque pasaron los años, en su corazón seguían recordando la majestuosa revelación de Cristo (2 P. 1:16-18; Jn. 1:14). ¿Alguna vez Dios se ha manifestado en tu vida? ¿Cómo ha cambiado tu vida desde entonces? Y si no, dale tu vida al Cristo de la gloria, al Cristo vivo.
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