Stg 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Una tentación es un impulso de hacer o tomar algo atrayente pero que puede resultar inconveniente.
Todas las personas del mundo tenemos tentaciones, aun nuestro Señor Jesucristo fue tentado, pero nunca pecó. Heb 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
1. DE DÓNDE PROVINEN LAS TENTACIONES
A. La primera fuente de tentación es Satanás.
A el se le llama el tentador. 1Ts 3:5 Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano. Fue él quien tentó a Eva y la hizo desobedecer a Dios; desde el momento que entró el pecado en el hombre, ahora es susceptible a las tentaciones. El diablo tentó incluso a Jesús, aunque no tuvo éxito. Mat 4:1-3 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo...Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan. El Satanás el tentador es el hizo caer a grandes hombres de Dios como el rey David. 1Cr 21:1 Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel. Así que, seguramente nos tentará a nosotros para destruirnos. 1Co 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
B. La segunda fuente de tentación son nuestros deseos carnales.
Stg 1:14,15 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. (Concupiscencia es deseo de bienes materiales o terrenos, en especial deseo sexual exacerbado o desordenado.) Esto quiere decir que todos tenemos diferentes tentaciones, tal vez lo que para algunos no represente una tentación para otros sí. Todos tenemos un talón de Aquiles del cual cuidarnos. No podemos evitar tener tentaciones, pero sí podemos evitar caer en ellas, y rechazarlas, no apapacharlas; como decía Martín Lutero: “No puedo evitar que las aves vuelen sobre mi cabeza, pero sí puedo evitar que hagan nido sobre ella". No incubemos tentaciones que luego den a luz al peacado, y el pecado a la muerte.
2. PERSONAJES DE LA BIBLIA QUE VENCIERON LA TENTACIÓN
Muchos podrán decir que es difícil no caer en la tentación, o hasta imposible, pero es posible cuando somos nacidos de nuevo por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2Co 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
A. José el soñador. La mujer de Potifar quería que se acostara con ella, una y otra vez le insistía, pero el se mantuvo firme y no quiso desobedecer a Dios. Ella hizo un plan para hacerlo caer, pero fracasó, aunque José fue a la cárcel porque ella lo calumnió. Gén 39:10 -12 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió. Algo que podemos aprender de José, es que apesar de su juventud, y la lejanía de su casa, él siempre vivía en el temor de Dios. Siempre debemos tener presente que Dios nos ve, y que a él es a quien servimos. La segunda enseñanza es que el huyó de la tentación. Muchos dicen, yo soy fuerte, yo puedo con esto, y fracasan. 1Co 6:18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.