Efesios 6:11.
¿Enfrenta problemas un recién convertido? Esta es una de las primeras cosas que enfrenta un cristiano. Principalmente de orden espiritual, pero algunas veces son problemas de orden material y social. Por ejemplo, la pérdida de un empleo, el rompimiento de un noviazgo; etc. El nuevo creyente entra en un nuevo período de adaptación de muchos órdenes de la vida. Hch. 14:22; 1P. 4:12-18.
1.- ¿CUÁLES SON ALGUNOS DE LOS PELIGROS?
a) El temor. Al encontrarse en una situación hostil siente miedo.
b) El mundo con sus atractivos es otro peligro. El afán de enriquecerse. Lc. 8:13,14; 2 Ti. 3:12.
c) Las pruebas. Las pruebas del cristiano son aquellas experiencias que Dios usa para fortalecer y desarrollar el carácter cristiano. Una situación puede ser una tentación de parte de Satanás y al mismo tiempo puede ser una prueba de parte de Dios. La diferencia está en el propósito: Dios quiere el perfeccionamiento del cristiano, mientras que el diablo quiere su caída. El verdadero hijo de Dios siempre tendrá pruebas, las cuales pueden tomarse en bendición, y una victoria. Stg. 1:2,3.
d) Caer en pecado. La triste realidad es que el que pecado siempre será un enemigo contra quien luchar en esta vida. Dios nos ha dado una nueva naturaleza, la del Espíritu, mediante la cual uno de sus más altos anhelos es la santidad. Jesucristo es su constante intercesor delante del Padre, y mediante la oración puede acercarse a él confesando sus flaquezas, y sus faltas; puede también pedir poder de lo alto para vencer la tentación. Si acaso tiene una caída debe servirle de escarmiento para ser más cuidadoso de su vida espiritual. 1 Co. 10:12; He. 4:15.
2.-¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE CAER EN LOS PELIGROS?
a) La comunión espiritual con Dios puede perderse.
b) El testimonio del cristiano pierde fuerza. c) Sus privilegios de servicio en la obra del Señor se ven perjudicados.
d) Experimenta dolor y angustia. Is. 59:2; Ap. 2:5.
Si un cristiano ha fallado, debe reconocer y confesar su falta delante de Dios, buscando restauración con toda sinceridad. Y si es un pecado que amerite alguna disciplina debe confesarlo a la iglesia. Una vez que haya pasado por este proceso y que haya recibido el perdón de Dios, debe entrar en la experiencia del gozo del perdón. 1 Jn. 1:9; 2:1,2.
¿QUÉ DEBE HACER EL CREYENTE PARA NO TROPEZAR EN PELIGROS?
El principal deber del creyente es la vigilancia. Él no se puede dar el lujo de dormir espiritualmente. Generalmente el cristiano cae por no vigilar. No debe exponerse a situaciones de peligro ya que la carne es débil. El compañerismo de sus hermanos en la fe le puede ayudar para no caer en tentación. También el ocuparse en la obra del Señor puede ser freno para no deslizarse, y un poderoso aliciente para seguir cerca de Dios. Mr. 14:38; 1 Co. 10:12, 13.
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