jueves, 8 de noviembre de 2012

EL PERDÓN DENTRO DEL MATRIMONIO


LUCAS 17:1-4 Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.  Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.

                    

EL PERDÓN DENTRO DEL MATRIMONIO

PERDÓN. Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente. Remisión. Perdonar una pena o eximir o liberar de una obligación.
Perdón: palabra acuñada por alguien que quiso con el corazón reparar algún daño.
LAS OFENSAS SON UNA TRISTE REALIDAD EN EL MATRIMONIO.
LUCAS 17:1 “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos;”
El Señor Jesucristo dijo que imposible es que no vengan tropiezos. En el matrimonio no todo es color de rosa. A principio todo es amor, pero a medida que pasa el tiempo se pierde la sensibilidad, el respeto y el cariño. Las discusiones comienzan a subir de tono, y cada día se vuelven más recias y ofensivas.
¿De donde vienen las ofensas?
a.- De los pleitos SANTIAGO 4:1,2 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Cuando hay pleitos habrá ofensas. PROVERBIOS 10:19 En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. Falta de respeto, o de cuidado en lo que decimos y hacemos.
b.-  Maltratos físicos o verbales. Olvidamos que la mujer es un vaso frágil y pensamos que puede resistir, todo desde insultos hasta golpes, 1 PEDRO 3:7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
También la mujer se cansa de llevar esa vida, y en determinado momento es capaz de dejar a su esposo. Claro que no es lo que se quiere, más bien trato de que haga conciencia de lo delicado que es el asunto.
c.- El adulterio. No hay otra cosa que lastime tanto a una esposa o esposo como la infidelidad. Destruye la confianza, el cariño, y muchas cosas más. Un caso muy admirable de lo que es el perdón por motivo de adulterio lo tenemos en el profeta Oseas, a él lo engaño su esposa con muchos amantes, y el perdono. OSEAS 3:1-3 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas. La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. Y le dije: Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo.
ADVERTENCIAS PARA EL OFENSOR.
Si bien como humanos es inevitable que no ofendamos, también es cierto que el Señor advierte a los que ofenden LUCAS 17:1,2…mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.
Esto nos debe hacer vivir en el temor de Dios y procurar no ofender en ninguna manera a nuestro cónyuge.
PASOS QUE TIENE QUE DAR EL OFENSOR PARA OBTENER PERDÓN.
LUCAS 17:3,4 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.
¿Por qué es tan difícil perdonar? ¿Por qué algunos logran superar las ofensas, y otros no? Claro está que el perdonar es una decisión personal que tiene que ver con la espiritualidad, la comunión con Dios etc. Pero; que decir acerca del que ha ofendido, en este caso el ofensor tendrá algo que ver para que la parte ofendida pueda perdonar.
 Cuando hablamos del perdón siempre nos dirigimos a la parte ofendida y le animamos en el nombre del Señor a que perdone, porque es necesario hacerlo para entrar al cielo. En esta ocasión quiero dirigirme a la otra parte involucrada en el perdón, “la parte ofensora” u ofensor.
1.- Tiene que arrepentirse y resarcir el daño. Cuando realice el estudio del perdón me di cuenta de una cosa muy importante, “si no hay arrepentimiento no hay perdón” y me refiero al perdón de Dios. Sodoma y Gomorra no fueron perdonados porque en realidad ellos no se arrepintieron (Génesis 18:24) siempre que se habla de perdón necesariamente implica el arrepentimiento. (Hechos 5:31) Y  eso es lo que dice en Lucas 17:3,4. ‘Si se arrepiente’ perdónale.  
Tiene que dar muestras de arrepentimiento, si fue infiel; abandonar a la amante, dejar de cometer adulterio. Si fueron maltratos los que causaron las heridas, ya no más. Una mujer puede tener toda la intención de perdonar, pero cuando el hombre sigue humillándola esas heridas no sanan, por el contrario, si estaban cicatrizando se vuelven a abrir las heridas.
2.- Debe humillarse para pedir perdón. “y siete veces al día volviere a ti,”
Tiene que buscar el perdón una y otra vez.  Vaya y pida perdón, tantas heridas, tantas lágrimas, ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. De no hacerlo se las tendrá que ver un día con Dios y cada ofensa se la cobrará el Señor.
Pida perdón a Dios. Y pida perdón a su cónyuge.
3.- Ganarse la confianza del ofendido.  Esto es demostrarle con hechos que ya no volverá a suceder, aunque es un poco difícil, una ofensa es como hincar un clavo en la pared, y luego quitarlo, aunque lo logre quitar queda la marca del clavo.
Cuando en el hombre hay un verdadero cambio, un arrepentimiento genuino la mujer podrá superar rápidamente la ofensa. Así que en gran medida tiene que ver el cambio del ofensor hacia el ofendido.
* Enseñemos a perdonar; pero si enseñamos también a no ofender, sería más eficiente. - José Ingenieros
 Aprendamos a no ofender.
CONCLUSIÓN.
Una  vez que el ofensor a cumplido con su parte queda la parte de la persona que fue lastimada, dañada u ofendida. Si alguien no ha podido perdonar en el siguiente segmento escuchará que pasos y por qué tiene que perdonar.
 * El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe. - William Shakespeare

2 comentarios:

  1. Maravillosa enseñanza, quisiera compartirla con mi congregación. Muchas gracias y que Dios le bendiga y siga añadiendo de su sabiduría!!

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  2. Quiero recibir más sobre el matrimonio

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