LUCAS 17:1-4 Dijo
Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel
por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino
y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano
pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces
al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me
arrepiento; perdónale.
EL PERDÓN DENTRO DEL MATRIMONIO
PERDÓN. Remisión de la pena merecida, de la
ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente. Remisión. Perdonar una
pena o eximir o liberar de una obligación.
Perdón:
palabra acuñada por alguien que quiso con el corazón reparar algún daño.
LAS OFENSAS SON UNA TRISTE
REALIDAD EN EL MATRIMONIO.
LUCAS 17:1 “Dijo
Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos;”
El Señor
Jesucristo dijo que imposible es que no vengan tropiezos. En el matrimonio no
todo es color de rosa. A principio todo es amor, pero a medida que pasa el
tiempo se pierde la sensibilidad, el respeto y el cariño. Las discusiones comienzan
a subir de tono, y cada día se vuelven más recias y ofensivas.
¿De donde
vienen las ofensas?
a.- De los
pleitos SANTIAGO 4:1,2 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre
vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros
miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis
alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Cuando hay
pleitos habrá ofensas. PROVERBIOS 10:19 En las muchas palabras no
falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. Falta de
respeto, o de cuidado en lo que decimos y hacemos.
b.- Maltratos físicos o verbales. Olvidamos que la
mujer es un vaso frágil y pensamos que puede resistir, todo desde insultos
hasta golpes, 1 PEDRO 3:7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la
gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
También la
mujer se cansa de llevar esa vida, y en determinado momento es capaz de dejar a
su esposo. Claro que no es lo que se quiere, más bien trato de que haga
conciencia de lo delicado que es el asunto.
c.- El
adulterio. No hay otra cosa que lastime tanto a una esposa o esposo como la
infidelidad. Destruye la confianza, el cariño, y muchas cosas más. Un caso muy
admirable de lo que es el perdón por motivo de adulterio lo tenemos en el
profeta Oseas, a él lo engaño su esposa con muchos amantes, y el perdono. OSEAS
3:1-3 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero,
aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los
cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas. La compré entonces para
mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada. Y le dije: Tú serás
mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo
contigo.
ADVERTENCIAS PARA EL
OFENSOR.
Si bien como
humanos es inevitable que no ofendamos, también es cierto que el Señor advierte
a los que ofenden LUCAS 17:1,2…mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor
le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al
mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.
Esto nos
debe hacer vivir en el temor de Dios y procurar no ofender en ninguna manera a
nuestro cónyuge.
PASOS QUE TIENE QUE
DAR EL OFENSOR PARA OBTENER PERDÓN.
LUCAS 17:3,4 Mirad por
vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se
arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete
veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.
¿Por qué es
tan difícil perdonar? ¿Por qué algunos logran superar las ofensas, y otros no?
Claro está que el perdonar es una decisión personal que tiene que ver con la
espiritualidad, la comunión con Dios etc. Pero; que decir acerca del que ha
ofendido, en este caso el ofensor tendrá algo que ver para que la parte
ofendida pueda perdonar.
Cuando hablamos del perdón siempre nos
dirigimos a la parte ofendida y le animamos en el nombre del Señor a que
perdone, porque es necesario hacerlo para entrar al cielo. En esta ocasión
quiero dirigirme a la otra parte involucrada en el perdón, “la parte ofensora”
u ofensor.
1.- Tiene
que arrepentirse y resarcir el daño. Cuando realice el estudio del perdón me di
cuenta de una cosa muy importante, “si no hay arrepentimiento no hay perdón” y
me refiero al perdón de Dios. Sodoma y Gomorra no fueron perdonados porque en
realidad ellos no se arrepintieron (Génesis 18:24) siempre que se habla de
perdón necesariamente implica el arrepentimiento. (Hechos 5:31) Y eso es lo que dice en Lucas 17:3,4. ‘Si se
arrepiente’ perdónale.
Tiene que
dar muestras de arrepentimiento, si fue infiel; abandonar a la amante, dejar de
cometer adulterio. Si fueron maltratos los que causaron las heridas, ya no más.
Una mujer puede tener toda la intención de perdonar, pero cuando el hombre
sigue humillándola esas heridas no sanan, por el contrario, si estaban cicatrizando
se vuelven a abrir las heridas.
2.- Debe
humillarse para pedir perdón. “y siete veces al día volviere a ti,”
Tiene que
buscar el perdón una y otra vez. Vaya y
pida perdón, tantas heridas, tantas lágrimas, ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor
le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al
mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. De no hacerlo se las tendrá que ver
un día con Dios y cada ofensa se la cobrará el Señor.
Pida perdón
a Dios. Y pida perdón a su cónyuge.
3.- Ganarse
la confianza del ofendido. Esto es
demostrarle con hechos que ya no volverá a suceder, aunque es un poco difícil,
una ofensa es como hincar un clavo en la pared, y luego quitarlo, aunque lo
logre quitar queda la marca del clavo.
Cuando en el
hombre hay un verdadero cambio, un arrepentimiento genuino la mujer podrá
superar rápidamente la ofensa. Así que en gran medida tiene que ver el cambio
del ofensor hacia el ofendido.
* Enseñemos a
perdonar; pero si enseñamos también a no ofender, sería más eficiente. - José
Ingenieros
Aprendamos a no ofender.
CONCLUSIÓN.
Una vez que el ofensor a cumplido con su parte
queda la parte de la persona que fue lastimada, dañada u ofendida. Si alguien no
ha podido perdonar en el siguiente segmento escuchará que pasos y por qué tiene
que perdonar.
* El
perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito;
bendice al que lo da y al que lo recibe. - William Shakespeare
Maravillosa enseñanza, quisiera compartirla con mi congregación. Muchas gracias y que Dios le bendiga y siga añadiendo de su sabiduría!!
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