Finalidad: fin*,
objeto, motivo, objetivo, meta, intención, propósito, designio.
Es llevar el
mismo rumbo, los mismos objetivos con la familia. Quien no tiene una finalidad
no llegará a ningún lado, somos los padres los que tenemos que tener bien claro
hacia donde queremos llegar, y llevar a nuestros hijos hacia esa misma meta.
No hacerlo
es ir rumbo al fracaso, el profeta Amós hace una pregunta al respecto de la
falta de acuerdos: Amós 3:3 ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? Resulta obvio que se puede caminar o vivir con
alguien con quien no estamos de acuerdo. Para esto es necesario mantener una
buena relación en la familia; de esto se trata el tema, de caminar con los
mismos propósitos.
Jesucristo advirtió el peligro de estar divididos: Mateo
12:25 Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido
contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no
permanecerá.
El tener las
mismas finalidades dentro de la familia no es un mero invento, es un imperativo
bíblico: Filipenses 2:2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo
amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
EN LA DISCIPLINA DE
LOS HIJOS.
Dios mismo
ha establecido la disciplina, y está claramente definida en la Biblia, la
Palabra de Dios, están trazados los límites y la forma de aplicarla.
1.-En relación
a los hijos. Dios manda a los hijos soportar, y recibir la disciplina. Proverbios 22:15 La necedad está ligada en
el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él. El
uso de la vara es un medio para disciplinar. La experiencia nos enseña que hay
varias formas de disciplinar a nuestros hijos. Desde no salir a jugar, hasta no usar el internet, el teléfono, etc. Según
la gravedad del caso y la edad. Se exhorta a los hijos a obedecer a los padres para tener que recibir el castigo por la
desobediencia. Colosenses 3:20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto
agrada al Señor.
2.- En relación
a los padres. A los padres Dios les ha dado la responsabilidad de ejercerla con
amonestación del Señor, y no usando malas palabras, o como medio de descargar
nuestra ira por problemas familiares, de trabajo, o económicos, Efesios 6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis
a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Colosenses 3:21 Padres, no exasperéis a
vuestros hijos, para que no se desalienten. Tanto más
temprano lo hagan será mejor; “El cincuenta por ciento del desarrollo del
carácter y de la personalidad de un niño se adquiere hasta los tres años de edad,
y el setenta y cinco por ciento cuando alcanza los cinco años de edad.” Afirmo
un profesor de educación cristiana.
Otro conferencista dijo: “mostradme a un niño
testarudo, rebelde y desobediente de cinco años de edad, y os mostraré, de aquí
a diez años, un testarudo y rebelde adolescente. El momento óptimo para
controlar a los adolescentes, es antes de que vayan a la escuela primaria” Dios
no se equivocó cuando dice: Proverbios 13:24 El que detiene el castigo,
a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.
Por cierto
son los padres los que fijan los límites
y establecen reglas que van a aplicar en la disciplina de sus hijos, basados en
la Palabra de Dios. Para esto deben acordar las formas unificando criterios. Es
de por si muy difícil tener disciplinados a los hijos, cuanto más cuando no hay
un acuerdo. El hijo solicita un permiso a la mamá, ella lo niega; el hijo no
conforme, ahora va con el papá, y él da el permiso, el hijo se ha salido con la
suya. La siguiente vez que el hijo quiera conseguir algo ya sabe con quien
dirigirse.
Para esto es
la comunicación, es un gran error cuando alguno de los dos, el padre o la madre
están corrigiendo, o han impuesto un castigo, y que el otro interfiera, o
defienda a los hijos aún a sabiendas que el hijo cometió una falta. Si se está
corrigiendo mal según su criterio solo se debe hacer ver al cónyuge su error
cuando estén a solas. Y si el niño viene con el papá llorando por haber sido
corregido por la mamá, el padre debe reafirmar la autoridad que también tiene
la madre, y hacer ver que actuó mal.
EN LOS HABITOS DIARIOS.
Horarios de
comida, de dormir, de ir a la escuela, ver la televisión. La mamá le dice a su
hija que está viendo la televisión muy noche: te dije que te durmieras
temprano, ella contesta papá ya me dio permiso.
En la forma
de vestir, tienen que estar de acuerdo cual es la forma más correcta de vestir,
o de cierto peinado, la higiene, etc.
Ambos deben
establecer la hora de llegada cuando un joven, pide permiso para salir.
EN LOS PROYECTOS DE FAMILIA.
La adquisición de un mueble, un auto. Cuando el
hombre decide solo sin consultar a su esposa y algo sale mal, ella se lo va
estar recordando siempre, o viceversa. Si ella no lo consulta, tendrá
problemas. En cambio cuando hay un acuerdo, el triunfo es de los dos, y si algo
sale mal ambos buscarán la forma de dar una solución junta. Existen casos cuando los hijos ya aportan para los gastos del hogar, que juntos han construido una casa o comprando un terreno y esto porque se han fijado una meta juntos. Filipenses 2:2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Para ejemplo está la familia de Noé: Génesis 7:13 En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca; Estas ocho personas tuvieron una misma finalidad, construir el arca durante 120 años y de está manera obedecer a Dios y escapar del diluvio.
EN LO ESPIRITUAL.
Esta es la
parte más importante de nuestro estudio, y por lo tanto el fundamento de
nuestra vida y enseñanza. ¿Por qué no hay la misma finalidad en lo espiritual
por parte de los hijos? Entre otras cosas por el mal ejemplo de los padres. O bien
por el descuido, y la falta de comunicación.
Otra razón es la siguiente:
“LOS HIJOS NO
RESPONDERAN A NUESTROS OBJETIVOS CUANDO SON RECHAZADOS”
Esto es una
gran verdad; cuando damos amor a nuestros hijos ellos responderán de una manera
natural a seguir los mismos objetivos que los nuestros. Para ser un buen padre
no se necesita ser graduado de una universidad, ni ser rico, si no tener madurez,
y sobre todo mucho amor.
El último versículo
del A.T. dice: Malaquías 4:6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos,
y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la
tierra con maldición. Y es un texto preciosísimo, cuando dice que hará volver el corazón de los
padres hacia los hijos quiere decir que los padres pondrían todo su corazón, su
amor, atención y cuidado, en sus hijos. No basta con darles lo material, hay
que darles todo el poco tiempo que tenemos para ellos; hay que invertir todo en
ellos.
Leí el caso de un papá al cual su hija lo recibió con un abrazó y un
beso, y él la rechazó quitando las manos y evadiéndola, indudablemente ella comenzó
a tener un resentimiento contra su padre.
Un niño que
era el tercero de 4 hijos que eran mojaba la cama, su padre que era cristiano
lo llevó con un especialista, y le dijeron que el niño tenía problemas de
inferioridad, aunado a esto sentía que sus padres no lo querían como a los
demás, en especial como al menor de todos. Le aconsejaron al papá que lo
llevará él todas los noches al baño, así comenzó a hacerlo además lo llevaba
siempre a la cama, y oraba por él y le decía que le amaba, pocas semanas después
el niño fue sanado, y sus calificaciones mejoraron. Esto es poner el corazón en los hijos, ponerles cuidado, dedicarles
tiempo, y darles cariño. C
Cuando pues
damos a la familia todo el cariño y el amor que se refiere entonces podemos
hablarles del amor de Dios y de Jesucristo, entonces estarán listos para oír
acerca de la salvación y lo harán con gusto. La familia de Josué es un gran
ejemplo de una familia cuya finalidad era obedecer a Dios. Josué 24:15 Y si mal os parece
servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes
sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los
dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa
serviremos a Jehová. A diferencia de los demás que dudaban acerca de su
fe y sus convicciones espirituales, la familia de Josué, ya tenía un rumbo, y
una meta clara y segura. “SERVIR A JEHOVÁ…”
Es muy
triste seguir por rumbos diferentes, porque también son metas y destinos
eternos diferentes. Unos van a la gloria y otros a condenación eterna.
Por otro
lado para poder servir a Dios en familia, en familia hay que buscarlo, luego
entonces debemos orar juntos, tener un momento de estudio de la Biblia juntos,
y asistir a la casa de Dios con regularidad, como uno solo.
Conclusión: Estos son solo algunos puntos en los
que tenemos que tener la misma finalidad, pero faltan muchos más; una cosa es
cierta, que si practicamos la comunicación, primero entre esposos, y segundo
añadimos a los hijos, será un hogar más dichoso con la bendición de Dios. Procurémoslo
mucho como dice en Filipenses 2:2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo
amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
Y sobre todo
tener nuestra familia cimentada en Cristo, como una Roca sólida y segura.